La bodega mendocina del Grupo Sogrape, Finca Flichman, celebra con orgullo un aniversario de tres idénticos dígitos, 111 años de una historia que comenzó a fines del siglo XIX, con las plantaciones de las primeras viñas en la zona de Barrancas, Maipú, Mendoza, donde se emplaza la bodega fundada en 1910 por la familia Flichman, desarrolladores de la vitivinicultura de la región donde fue pionera.
Fernando Da Cunha Guedes, presidente del Grupo Sogrape viajó especialmente a la Argentina desde Portugal para celebrar con el equipo local y respaldar la consolidación del negocio en el mercado local y las novedades que la bodega prepara.
“Durante este nuevo ciclo de Finca Flichman, en la evolución de su negocio, impacta la calidad de las propuestas de vinos y su trazabilidad por el privilegio de poseer viñas propias; lo que permite posicionarse para la conquista de un mercado de nicho local e internacional”, dice Diego Levy, CEO de la bodega. “El nombre de la bodega a partir de esta nueva etapa, pasará a ser protagonista de sus vinos iconos”, adelanta.
De esta manera, “Finca FLICHMAN vuelve a poner foco en Argentina, en reconquistar a los consumidores y a elaborar la variedad Syrah que la hizo famosa en diferentes estilos y líneas del portafolio. ”Durante mucho tiempo el enfoque de la bodega estuvo en los mercados internacionales. Hoy es tiempo de volver a casa, atendiendo el mercado interno, recuperando el lugar en el canal on premise y haciendo un trabajo de comunicación y marca”, destaca Diego Levy.
Rogelio Rabino, director de enología de bodega Fincha Flichman.
Dentro de las novedades, la bodega trae el lanzamiento de nuevas marcas y rediseño de su estructura de portafolio manteniendo sus vinos que hacen historia, Caballero de la Cepa, Dedicado, Paisajes y Misterio como línea más joven e innovadora.
Para los festejos, la bodega elaboró especialmente un blend de partida limitada (9.600 botellas) “Finca Flichman Aniversario 111” cosecha 2020, elaborado con uvas insignias de Barrancas, primera zona de Mendoza: 30% Syrah, 30% Malbec, 30% Cabernet Sauvignon, 5% Ancellota y 5% Petit Verdot, provenientes de viñedos propiedad de la bodega. “Tuvo una guarda de 12 meses en barricas de roble francés de primer uso y segundo uso seguidos de 8 meses en botella”, cuenta su hacedor, el enólogo Rogelio Rabino. “Decidimos hacer este vino conmemorativo honrando nuestro legado y la visión de su fundador que tuvo sobre Barrancas”, describe Rogelio. “Es un vino con carácter, elegancia y profunda complejidad”
Entre las primicias, anuncia también, la apertura de las puertas de la bodega al turismo con la posibilidad de recorrer sus instalaciones y su cava centenaria, la más grande e histórica de Argentina, con vinos que datan de 1947.