Alejandra Riofrío es la nueva encargada de Enología de la Bodega Navarro Correas. Miembro del equipo enológico de Bodega Trapiche desde 2008, Alejandra se incorporó a Navarro Correas durante la vendimia 2020 y hoy es la responsable de continuar con la tradición de Navarro Correas y de sostener la ilusión con la que don Juan de Dios Correas cultivó sus primeras vides al pie de la Cordillera de los Andes, hace más de dos siglos. Mamá de dos niños, es joven, audaz, desenvuelta y con mucho futuro. Fue parte del último programa en vivo de la temporada 11º de Matices del Vino que se transmitió desde la vinoteca Vino Bien el 11 de diciembre de 2021.
-¿Cómo estás viviendo el ser la encargada de la enología de una bodega con tanta tradición y prestigio como Navarro Correas?
-Yo llegué a la bodega a fines de 2019 y la verdad es que fue un cimbronazo con todo lo que vino después por la Pandemia. Recién a mediados de este año hemos podido salir un poco y empezara mostrar lo que estamos haciendo, porque desde hace 15 años que la bodega no comunica nada ni sale a seducir a la gente. La verdad es que la expectativa es muy grande, súper alta y muy feliz por el equipo y la calidez humana que tiene Navarro Correas.
-¿Qué desafíos tenés como responsable de enología de la bodega?
-Un montón. La marca Navarro Correas es una de las más tradicionales que hay en la Argentina que tuvo su esplender allá por los años 60, 70 y 80, pero que después fue cayendo y bajando no porque le faltara calidad sino porque no se salió a comunicar lo que hacía. Empezó a quedar olvidada y hoy es una marca que queremos volver a poner en vidriera y que nos conozcan no solo por nuestros espumantes sino también por nuestra alta gama.

Somos una bodega que arranca en 1798 con Juan De Dios Correas, que fue gobernador de Mendoza, y que por nueve generaciones no solamente se dedicó a la comercialización de uvas sino también que sus bisnietos se dedicaron a la elaboración y venta de vinos. Para mí, que tengo el sentimiento familiar muy arraigado, es súper importante las raíces porque es necesario saber de dónde venimos. Mantener vivas estas nueve generaciones es muy importante para nosotros. Y a futuro queremos volver a abrir las puertas de la bodega para salir al mundo. Hoy exportamos a más de 50 países. Somos muy fuertes en países de América Latina, sobre todo en Perú; pero queremos mostrarle al mundo todo el trabajo que hay detrás de cada vino.
-¿Cómo ves el rol de la mujer en la industria del vino y esta idea de salir con un vino “Selección de la Enóloga”?
-Yo creo que esta generación de mujeres que vemos ahora es bisagra en la industria. Hace 15 años que empecé en la industria vitivinícola, siempre trabajando en la misma empresa, sigo apostando y la verdad es que estoy muy feliz sobre todo por el equipo humano que tengo. Cuando nosotras entramos éramos muy poquitas y de apoco fuimos escalando y hoy en día estamos ocupando jefaturas y muchas de las que se fueron hoy ocupan gerencias, lo que me llena de orgullo porque son posiciones que se fueron ganando no porque estuvimos gritando en las calles sino porque hemos venido trabajando mucho, capacitándonos y nunca nos hemos quedado. La verdad que el cambio que he visto en los últimos 10 a 15 años en la industria ha sido abismal y me llena de orgullo.
Lo del vino “Selección de la Enóloga” salió porque da la casualidad que todas en el equipo somos mujeres, nos llamamos “Las Navarras”, y la idea salió como una idea charlando “y por qué no una selección de la enóloga”. Lo comentamos y a todos les encantó y ahora esperan y preguntan cuándo sale al mercado el nuevo vino (entre risas).
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