Pedro Marchevsky es ingeniero agrónomo especializado en viticultura, riego y enología. Y trabaja como consultor y asesor en bodegas de primera línea como Viña Cobos, Kaiken, Chacra, Bianchi y muchas más. Sin duda uno de los grandes referentes e impulsores de la vitivinicultura argentina que hoy conocemos y disfrutamos.
Desde el arranque de la entrevista con Matices del Vino, en un programa especial transmitido desde el hotel Park Hyatt de Mendoza, Pedro se mostró disruptivo con conceptos claros que marcan el camino.
“Cuando saltó el tema de que Argentina debía tener un varietal que la representara, lo que considero fue muy bueno porque nadie más lo tenía y evidentemente teníamos un producto especial. Pero posteriormente llegó la parte comercial y se siguió insistiendo en que Argentina era Malbec, Argentina era Malbec y toda la parte de ventas se centraba en este solo varietal a mí me pareció que era un error porque nos estábamos cerrando un camino muy importante. Los varietales a veces tienen su pináculo de la gloria y después se caen, como pasó con el Syrah de Australia. Argentina es mucho más que Malbec. Y hasta el mismo Malbec que se hizo famoso es muy distinto al que estamos tomando hoy en día”.
Pedro Marchevsky asesora en los multipremiados vinos Chacra de la Patagonia Argentina.
“Argentina tiene un potencial extraordinario y tiene que seguir desarrollándolo”, afirma Marchevsky.
–¿Qué pensas o posición tenes en el debate sobre vinos naturales?
-No es feliz la elección de vinos naturales para llamar a algún tipo de vino. No es feliz porque el vino no es natural. No hay ningún lugar en el mundo en el que vos puedas encontrar vinos sin la intervención del hombre. El vino es un producto del hombre. Sin la presencia del hombre no existe el vino. El vino no es natural porque es la expresión de la cultura humana.
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