Lorena Mulet estudió Bromatología en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo y se dedica totalmente a elaborar espumosos en Bodega Cruzat. Está casada y cada vez que llega a su casa ejerce de madre de 4 hijos: mellizas de 14 años y varones de 12 y 8. Comenzó su carrera en Luigi Bosca, orientando su profesión hacia los espumosos, hasta que su maestro Pedro Rosell la convocó para ser la principal enóloga de Cruzat, la única bodega argentina dedicada 100% a este tipo de vinos.
Desde la bodega viene de lanzar un espumante cosecha temprana de baja graduación alcohólica, toda una innovación en el mundo de las burbujas. Sobre este nuevo producto, las tendencias de mercado y cómo adaptarse, Lorena Mulet dice lo siguiente:
-¿Qué valoración tiene hoy en los mercados internacionales el espumante argentino?
-El espumante argentino no tiene nada para envidiar a lo que se hace en otras partes del mundo. Los argentinos tenemos muy buena relación calidad producto y están muy bien catalogados en los distintos concursos internacionales. Desde la bodega exportamos mucho a fuera y notamos que alcanzada una primera venta nos vuelven a elegir y eso se mantiene. Hay cada vez más productos, más variedad, más innovación y calidad. Y cada vez hay más zonas elaborando espumantes.
-¿Por dónde pasa el desafío para seguir mejorando en los espumantes argentinos?
-Primero hay que empezar con la uva. No podemos hacer un buen espumante sino no tenemos muy buena calidad de uva. También es cierto que cada terroir da determinadas características que se trasladan al producto y durante el proceso de elaboración, que es complejo, hay que cuidar muy bien los detalles.
-¿Y que nos faltaría como industria para competir como un gran productor?
-Tenemos muy buena calidad de espumantes y podemos salir tranquilamente a competir al mundo.
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