Hans Vinding Diers nació en Stellenbosch, Sudáfrica, donde sus padres trabajaban como enólogos. A la edad de cuatro años se mudó con su familia a Bordeaux donde se formó, pero a los 18 su padre lo envió a Australia para intentar domar su espíritu rebelde y fue ahí donde finalmente se enamoró del mundo del vino. Afincado en la Patagonia desde la década de 1990 se transformó en uno de los winemakers más icónicos de la región. En la actualidad, en su bodega, Noemia, junto a su mujer argentina y sus dos hijos, elaboran vinos elegantes que cosechan elogios por el mundo y altos puntajes.
En una entrevista con Matices del Vino desde su lugar en el mundo, Río Negro en la Patagonia argentina, en enólogo y winemaker habla sobre el presente estelar que vive la región, sus vinos y su visión del sector con y más allá del Malbec.
-¿Qué está pasando hoy con los vinos y en la región de la Patagonia?
-Lo que puedo decir después de 24 años aquí en la zona es que es cierto que hay una cierta atracción que se puede notar en los últimos tres o cuatro años.
-¿Y dónde radica esta atracción o interés?
-Hay un gran cambio en el gusto del público por el vino. El vino concentrado, con mucho sol y mucha barrica y alcohólico parece que es algo del pasado. Hoy el público está buscando vinos más frescos y amables. Y la Patagonia con sus vinos responde a esto.
Escuchá desde aquí la entrevista completa: