Desde muy chiquita su padre enólogo le hacía oler los vinos. Y en las vacaciones uno de sus pasatiempos favoritos era etiquetar botellas con su hermana y sus primos. El destino de Maricruz Antolín claramente estaba marcado por el vino. Desde 2008 se hizo cargo de los viñedos y los vinos de Bodega Krontiras, una de las bodegas emblemáticas de elaboración biodinámica en Argentina. Dispuesta siempre a compartir su experiencia, en 2019 impulsó la creación de Vinodinámicos, primera agrupación argentina enfocada en la divulgación de las técnicas propuestas por Rudolf Steiner.
Este año fue elegida como mejor enóloga joven de Argentina por parte del crítico Tim Atkin.

En esta entrevista con Matices del Vino, la reconocida profesional habla sobre cómo viene trabajando para extender la biodinamia en Argentina, los desafíos que esta práctica exige a la hora de llevar adelante un viñedo y elaborar vinos y la relación que plantea esto con los consumidores.
-¿Como profesional del vino, qué cambios y qué cosas nuevas aprendiste a partir de tu ingreso y profundización en la biodinamia?
-Lo primero que descubrimos fue todo lo que nos perdíamos por el uso de sulfitos. Desde Krontiras siempre fuimos orgánicos y biodinámicos, pero hacíamos vinos siempre con levaduras indígenas y apoyados en el uso de los sulfitos. Y cuando los dejamos de usar empezamos a descubrir y a redescubrir los aromas que había en la finca y el potencial que tenían las dos, tanto de Luján como de Maipú. Y yo creo que cuando los enólogos se empiezan a dar cuenta de esto es que hay tantas bodegas que están dejando de usar sulfitos.
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