Con un incipiente crecimiento en los últimos años, los vinos naranjos vienen ganando terreno en la viticultura de la Argentina.
Rápidamente podría decirse que son una especie de combinación entre la forma de elaborar vinos tintos y la de elaborar vinos blancos ya que estas uvas son fermentadas y maceradas junto a sus pieles y semillas durante unos meses; es éste proceso el que le aporta el color y perfil que les da su nombre.
Con la frescura y acidez que puede tener un vino blanco y la estructura que se encuentra en un vino tinto, los vinos naranja, brisado, naranjo, brisat, ámbar o embabujado, tienen una buena capacidad de guarda gracias a que este proceso genera una extracción de sustancias que por su naturaleza actúan como antioxidantes.
Nuestro enólogo y conductor de Matices del Vino, Cristian Moor, en su segmento “La Sobremesa de Matices”, analiza a fondo esta tendencia de mercado y te explica todo lo que tenes que saber. Escuchalo aquí: