Silvia Corti es ingeniera agrónoma, enóloga y Magister Scientia en Viticultura y Enología. Estudio en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y cosechó una vasta experiencia en reconocidas bodegas como Finca Flichman, Esmeralda y Argento donde fue segundo y primera enóloga. Desde 2019, trabaja como asesora vitivinícola en bodegas mendocinas y sanjuaninas, así como desarrollando nuevos proyectos vitivinícolas y marcas privadas para distinto tipo de clientes. Y elabora y lleva adelante su propia línea de vinos con las marcas Cerrojo y Vinos de Silvia Corti.
Como invitada central al programa Matices del Vino, edición especial desde Casa Malbec, Silvia habló de su evolución como profesional del vino, su presente y su proyección a futuro.
-¿Cuál es el camino a futuro para el vino argentino en esto de diferenciarse por zonas?
-Primero que nada, la comunicación porque los técnicos ya estamos haciendo este camino en cada zona y en tratar de sacar vinos lo más puros posibles. Lo más puro posible significa con la menor intervención posible, por eso a mí me gusta mucho los cultivos orgánicos. Me parece muy loco que en Argentina no sea todo orgánico. Porque me ha tocado cosechar en Francia con 1.400 milímetros de lluvias y sacar uvas orgánicas para excelentes vinos. En Argentina con las condiciones ecológicas que hay debería ser todo orgánico.
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