María Isabel Mijares es una referente indiscutida de la Enología en España y en todo el mundo. Con sus jóvenes 80 años, esta mujer nacida en Mérida, supo recorrer bodegas de varios continentes, fue y es una de los pilares fundamentales de la prestigiosa Guía de Vinos Repsol y por años se dedicó, con su equipo, a catar vinos de todas las regiones de España para comunicarlo de la mejor manera, accesible a todos y sin embarullar con términos complicados.
Es la primera enóloga recibida de España y estudió Ciencias Químicas en Madrid antes de mudarse a Burdeos con una beca, donde se licenció y doctoró en Enología. Allí fue discípula del gran Émile Peynaud, su mentor y maestro. Asesora a bodegas en distintas partes del mundo y hoy trabaja en la región de Cachi, Salta, en la Bodega Puna donde elabora vinos de altura, a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar.

En diálogo con Matices del Vino desde España, Isabel habla de su presente, su fuerza y pasión incansables por seguir haciendo, guiando y enseñando en el mundo del vino en distintas regiones.
-A la hora de comunicar, lo que uno tiene que recalcar más que los defectos o carencias, son las cualidades que tiene cada vino para que un consumidor lo disfruto. ¿Estás de acuerdo?
-El vino es ante todo placer. Y precisamente el haber llegado a la cata, recordemos que la primera asociación de catadores de vino es de 1312, o sea que no hemos descubierto nada nuevo. El llegar a eso fue porque no había nada, ningún método, químico o físico, que nos muestre la sensación de placer o rechazo que tiene el consumidor. El vino es una aventura vital, una experiencia nueva. Y nunca has conocido lo suficiente.
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