Melanie Roy es una ecológa e investigadora que nació en Kuujjuaq, Canada. Está trabajando e investigando en Mendoza. Se especializa y es una experta en hongos y terruños y enfoca sus investigaciones en el suelo de los viñedos. Con ella vamos a hablar sobre el resultado y conclusiones de su trabajo aplicado a la vitivinicultura.
Especialista en sostenibilidad de los suelos, con estudios aplicados a la vitivinicultura, Melanie habló con Matices del Vino sobre los primeros resultados de su investigación en momentos en los que la actividad centra todos sus esfuerzos en conocer, entender y cuidar la naturalidad del suelo y su impacto sobre las uvas y el vino.
-¿Por qué son tan importantes los microorganismos existentes en el suelo para el vino?
-Vamos a los números. Hoy estamos evaluando la diversidad de los hongos y en el mundo y hay detectadas entre 11 y 13 millones de especias distintas de hongos. De muchos conocemos sus funciones y muchos son como bombas encimáticas. Las levaduras son hongos y muchos son responsables de los aromas del vino. Yo me dedico más a las raíces de las plantas y las funciones de las micorrizas (Se entiende por micorrizas a las asociaciones simbióticas entre los hongos y las raíces de las plantas vasculares. El papel de las micorrizas es de vital importancia a lo largo de su periodo de crecimiento). Son hongos que son esenciales para el desarrollo de las plantas porque ayudan, por ejemplo, a las raíces a buscar el agua en el suelo. Si pensamos en las plantas en general, el 85% de las especies tienen micorrizas en las raíces. Significa que no pueden tomar agua sin micorrizas. Y estamos descubriendo que las micorrizas a veces protegen a las raíces contra los agentes patógenos.
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