Leandro Azin cuenta con una importante trayectoria como enólogo de reconocidas bodegas argentinas y del extranjero. Aquí trabajó en Clos de los Siete y Casarena. Y también formó parte de distintos equipos en emprendimientos de Sonoma Valley (California), donde exploró diferentes estilos y técnicas de vinificación y también en establecimientos del país vecino de Uruguay. Además, lidera A Corazón Abierto Wines, la iniciativa personal que ideó para crear vinos elegantes y que llevan su sello inconfundible.
En una charla distendida con Matices del Vino, el joven enólogo con gran proyección internacional habla sobre su trabajo como asesor y winemaker y la actualidad de su proyecto personal.
-Hoy hay una búsqueda muy fuerte por la identidad del vino que toma de su terroir. ¿Cómo se articula y relaciona esta búsqueda con tu trabajo como asesor de bodegas internacional?
-Yo tengo un muy lindo equipo que trabaja conmigo de un ingeniero agrónomo y dos jóvenes enólogos más para asesorar. Empecé solo y ya somos cuatro que estamos laburando firme y en todos los casos siempre hacemos participar al dueño del proyecto. Pero siempre lo que es muy importante, además de entender el lugar, es que después ese vino que llega a la góndola se venda. Eso es fundamental. Por eso yo empiezo a trabajar de atrás para adelante. Empiezo a trabajar de la parte comercial, haciendo un feedback sobre qué es a lo que queremos llegar, con qué queremos competir, y después vamos para atrás con la selección de variedades, de los mejores clones que queremos en pie, qué suelo tenemos. Es un trabajo de atrás para adelante.
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