Lucas Gimenez es enólogo recibido en 2007 de la Universidad Don Bosco y fundó la bodega Finca Iral junto a socios canadienses. Empezaron con viñedos plantados en 2007 y realizaron la primera cosecha comercial en 2017. Antes trabajó en USA, Francia y en proyectos chicos de Mendoza, incluyendo la bodega de la familia por parte de su madre, en la que es tercera generación de viñateros. Se nota que es bastante inquieto porque con una sola bodega y un solo país no le alcanza: además de ser copropietario en Finca Iral junto a los canadienses Mark Long y Elisabeth Hivon, es también enólogo de Chateau La Coste, una bodega francesa de la Provence en donde se elaboran mayormente vinos rosados y, desde 2018, enólogo en la bodega La Coste de los Andes del Valle de Uco que pertenece a los mismos dueños franceses, a quienes conoció de casualidad cuando llegaron con intenciones de invertir a la Argentina.
A su regreso de Francia, donde participó de la Vendimia 2023, el reconocido enólogo mendocino habló con Matices el Vino sobre qué está pasando en Europa con la cosecha, los rendimientos, tendencias y lo que está pasando en la vitivinicultura.
-Recién llegas de Europa. ¿Los cambios en las ciudades, los hábitos y estilos de vida, cómo afectan a la vitivinicultura directa o indirectamente?
-Yo creo que está directamente relacionado con nosotros al momento de diseñar un vino porque pensamos en los maridajes futuros. La vitivinicultura recibe ajustes de la gastronomía permanentemente en nuestros estilos, en el pedido de alcoholes más bajos, de vinos más ligeros. Y esto es en gran parte gracias a la gastronomía.
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